La familia como base fundamental de la
Sociedad
Emile Durkheim[1],
uno de los fundadores de la Sociología moderna da un paso significativo en el
estudio de los fenómenos sociales al plantear y clasificar de una forma
sistemática funcionalista, la contemplación de la sociedad como un organismo
vivo, lleno de movimiento.
Durkheim visualiza como “hechos sociales” a las unidades
de estudio a las cuales definió por medio de “Las reglas del método
sociológico” como por ejemplo: ...“modos
de actuar, pensar y sentir externos al individuo, y que poseen un poder de
coerción en virtud del cual se imponen a él...”[2].
Los hechos sociales están establecidos en la sociedad para el momento en que
nace el individuo, por lo tanto son externos a él y al mismo tiempo son
colectivos porque forman parte de la cultura social de la comunidad a la que
pertenece.
Estos hechos sociales son coercitivos a través de las normas
sociales que son parte esencial de la formación del individuo, es decir, crece
inmerso al sistema social establecido.
Durkheim afirmó: "si
existían antes es que existen fuera de nosotros" y menciona el
lenguaje natal, la escritura y el sistema monetario como ejemplos.
También afirmó que la sociedad existe dentro y fuera de
nosotros ya que el individuo interioriza los valores y la moral de la sociedad
a la cual pertenece al tiempo que se ve obligado por ciertos parámetros a
cumplir con normas que no comparte, lo que lo lleva en ciertos casos a
rebelarse contra estas reglas establecidas.
A través de algunos de sus planteamientos haremos un
acercamiento breve al deterioro social que hoy por hoy vemos reflejado en
nuestro país (Venezuela) y que responde en gran medida a la pérdida de los
valores de la familia como núcleo primordial de la estructura social.
La sociedad venezolana, en los últimos cien años ha
evolucionado en muchos aspectos, así como en otros se ha deteriorado. La
Venezuela de principios del siglo XIX mostraba características rurales, núcleos
familiares numerosos, un ritmo de vida uniforme orientado básicamente al
trabajo para el sustento alimenticio, el atraso tecnológico fue hasta la
llegada del petróleo un factor determinante en la conservación de muchos
valores (reglas sociales) propios de la sociedad venezolana.
Con la llegada y explotación industrial promovida por el
“oro negro” y el arribo de nuevas tecnologías los campos venezolanos se fueron
desolando paulatinamente; y una de los primeros hechos fue que los núcleos
familiares empezaron a desmembrase poco a poco movidos por las “oportunidades”
que presentaba la naciente industria petrolera, esto conllevo en primer término
a que la estructura familiar tradicional se rompiera cuando la figura paterna
se iba de casa para trabajar en otra ciudad.
Esto tiene su repercusión notable al constituir con el
pasar de los años la sociedad matriarcal que tenemos hoy en día, la madre tuvo
que asumir el cuidado de la tierra y de los hijos.
Posteriormente, muchas de estas familias rurales se
trasladaron a las cada vez más crecientes ciudades. Unas ciudades distintas a
su entorno habitual, donde empezaron a crecer y desarrollarse los hijos, con un
ritmo diferente, intereses nuevos, la aparición paulatina de nuevas tecnologías
y el inevitable camino hacia el consumo dejando de lado la producción. La era
petrolera.
Con el pasar de los años estas nuevas familias fueron
dejando de lado sus hábitos y costumbres rurales, adoptando la mezcla
intercultural de las grandes ciudades venezolanas, llenas de inmigrantes
europeos principalmente.
La “Venezuela Saudita” trajo consigo un torbellino de
bonanza, de despilfarro, hizo que silenciosamente se renunciara a lo
tradicional, poco a poco el término de familia se desfiguró en su sentido
ancestral, surgieron nuevos valores propios de una sociedad capitalista en
ascenso, el desapego de los hijos, el remplazo del afecto por objetos de moda,
el desarrollo de un sentido individualista más marcado, el incremento en la
importancia del “cuanto tienes, cuánto vales”, una sociedad saturada de
ingresos, donde adquirir era fácil y donde cada vez más, la familia se veía
desintegrada y desarticulada en su principio fundamental: el afecto y el
respeto.
Con el pasar del tiempo el valor de la responsabilidad
paterna fue quedándose más aletargado en el recuerdo y tomó mayor fuerza el rol
de la madre como figura principal de la familia. Esta ausencia cada vez más
común dentro de la estructura familiar venezolana marcó una generación más
débil, más liberal y menos responsable.
Así mismo, producto de este resquebrajamiento de la
familia, y como respuesta a la crisis económica que surge en el país a
principios de los ochenta, aparece en el marco de la necesidad la figura del
“vivo” o la “viveza criolla” vinculada directamente con la trampa y la
corrupción, un caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de la delincuencia.
La desigualdad social, producto del desarrollo
desequilibrado del motor productivo del país, de las sucesivas crisis
económicas, de la pérdida de valores, el desmembramiento de la familia y el
modelo económico capitalista son parte esencial de los problemas sociales
contemporáneos que vive nuestro país.
La importancia de la familia como base fundamental de
nuestra sociedad, como hecho social de estudio, según Durkheim, ha sido
determinante en nuestra realidad actual, en la inmensa maraña de problemas,
porque cuando hablamos de corrupción o delincuencia no podemos dejar de lado su
remoto origen verdadero.
Y aunque mucho se habla de estos problemas y de las
políticas que deben aplicarse para reducirlos, poco se piensa y se hace para
atacar la raíz de la mayor parte de estos, quizás si lográramos mirar más en
esta dirección, encontraríamos las respuestas y a partir de allí, las acciones
efectivas para avanzar en la construcción de una sociedad más humana, más consciente
y más justa.
Emile Durkheim[1], uno de los fundadores de la Sociología moderna da un paso significativo en el estudio de los fenómenos sociales al plantear y clasificar de una forma sistemática funcionalista, la contemplación de la sociedad como un organismo vivo, lleno de movimiento.
Durkheim visualiza como “hechos sociales” a las unidades de estudio a las cuales definió por medio de “Las reglas del método sociológico” como por ejemplo: ...“modos de actuar, pensar y sentir externos al individuo, y que poseen un poder de coerción en virtud del cual se imponen a él...”[2]. Los hechos sociales están establecidos en la sociedad para el momento en que nace el individuo, por lo tanto son externos a él y al mismo tiempo son colectivos porque forman parte de la cultura social de la comunidad a la que pertenece.
Estos hechos sociales son coercitivos a través de las normas sociales que son parte esencial de la formación del individuo, es decir, crece inmerso al sistema social establecido.
Durkheim afirmó: "si existían antes es que existen fuera de nosotros" y menciona el lenguaje natal, la escritura y el sistema monetario como ejemplos.
También afirmó que la sociedad existe dentro y fuera de nosotros ya que el individuo interioriza los valores y la moral de la sociedad a la cual pertenece al tiempo que se ve obligado por ciertos parámetros a cumplir con normas que no comparte, lo que lo lleva en ciertos casos a rebelarse contra estas reglas establecidas.
A través de algunos de sus planteamientos haremos un acercamiento breve al deterioro social que hoy por hoy vemos reflejado en nuestro país (Venezuela) y que responde en gran medida a la pérdida de los valores de la familia como núcleo primordial de la estructura social.
La sociedad venezolana, en los últimos cien años ha evolucionado en muchos aspectos, así como en otros se ha deteriorado. La Venezuela de principios del siglo XIX mostraba características rurales, núcleos familiares numerosos, un ritmo de vida uniforme orientado básicamente al trabajo para el sustento alimenticio, el atraso tecnológico fue hasta la llegada del petróleo un factor determinante en la conservación de muchos valores (reglas sociales) propios de la sociedad venezolana.
Con la llegada y explotación industrial promovida por el “oro negro” y el arribo de nuevas tecnologías los campos venezolanos se fueron desolando paulatinamente; y una de los primeros hechos fue que los núcleos familiares empezaron a desmembrase poco a poco movidos por las “oportunidades” que presentaba la naciente industria petrolera, esto conllevo en primer término a que la estructura familiar tradicional se rompiera cuando la figura paterna se iba de casa para trabajar en otra ciudad.
Esto tiene su repercusión notable al constituir con el pasar de los años la sociedad matriarcal que tenemos hoy en día, la madre tuvo que asumir el cuidado de la tierra y de los hijos.
Posteriormente, muchas de estas familias rurales se trasladaron a las cada vez más crecientes ciudades. Unas ciudades distintas a su entorno habitual, donde empezaron a crecer y desarrollarse los hijos, con un ritmo diferente, intereses nuevos, la aparición paulatina de nuevas tecnologías y el inevitable camino hacia el consumo dejando de lado la producción. La era petrolera.
Con el pasar de los años estas nuevas familias fueron dejando de lado sus hábitos y costumbres rurales, adoptando la mezcla intercultural de las grandes ciudades venezolanas, llenas de inmigrantes europeos principalmente.
La “Venezuela Saudita” trajo consigo un torbellino de bonanza, de despilfarro, hizo que silenciosamente se renunciara a lo tradicional, poco a poco el término de familia se desfiguró en su sentido ancestral, surgieron nuevos valores propios de una sociedad capitalista en ascenso, el desapego de los hijos, el remplazo del afecto por objetos de moda, el desarrollo de un sentido individualista más marcado, el incremento en la importancia del “cuanto tienes, cuánto vales”, una sociedad saturada de ingresos, donde adquirir era fácil y donde cada vez más, la familia se veía desintegrada y desarticulada en su principio fundamental: el afecto y el respeto.
Con el pasar del tiempo el valor de la responsabilidad paterna fue quedándose más aletargado en el recuerdo y tomó mayor fuerza el rol de la madre como figura principal de la familia. Esta ausencia cada vez más común dentro de la estructura familiar venezolana marcó una generación más débil, más liberal y menos responsable.
Así mismo, producto de este resquebrajamiento de la familia, y como respuesta a la crisis económica que surge en el país a principios de los ochenta, aparece en el marco de la necesidad la figura del “vivo” o la “viveza criolla” vinculada directamente con la trampa y la corrupción, un caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de la delincuencia.
La desigualdad social, producto del desarrollo desequilibrado del motor productivo del país, de las sucesivas crisis económicas, de la pérdida de valores, el desmembramiento de la familia y el modelo económico capitalista son parte esencial de los problemas sociales contemporáneos que vive nuestro país.
La importancia de la familia como base fundamental de nuestra sociedad, como hecho social de estudio, según Durkheim, ha sido determinante en nuestra realidad actual, en la inmensa maraña de problemas, porque cuando hablamos de corrupción o delincuencia no podemos dejar de lado su remoto origen verdadero.
Y aunque mucho se habla de estos problemas y de las políticas que deben aplicarse para reducirlos, poco se piensa y se hace para atacar la raíz de la mayor parte de estos, quizás si lográramos mirar más en esta dirección, encontraríamos las respuestas y a partir de allí, las acciones efectivas para avanzar en la construcción de una sociedad más humana, más consciente y más justa.
[1] Emile
Durkheim, (Épinal, Francia, 15 de abril 1858 — París, Francia, 15 de noviembre
1917). Uno de los fundadores de la sociología moderna, junto a Max Weber y Karl
Marx. Fundador de la primera revista dedicada a las ciencias sociales, el Année
Sociologique, con el cual también se identifica al grupo de estudiosos que
desarrolló su programa de investigación sociológica.
[2] E.
Durkheim. les regles de la methode sociologique Paris: Presses Universitarires
de France, 1956,p. 5
Autor: Pablo Sabala
[1] Emile
Durkheim, (Épinal, Francia, 15 de abril 1858 — París, Francia, 15 de noviembre
1917). Uno de los fundadores de la sociología moderna, junto a Max Weber y Karl
Marx. Fundador de la primera revista dedicada a las ciencias sociales, el Année
Sociologique, con el cual también se identifica al grupo de estudiosos que
desarrolló su programa de investigación sociológica.
[2] E.
Durkheim. les regles de la methode sociologique Paris: Presses Universitarires
de France, 1956,p. 5
Autor: Pablo Sabala
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